martes, 9 de marzo de 2010

Dominica Laetare

          Este próximo Domingo tiene una peculiaridad. Veamos de qué se trata:
Los rigores de la penitencia en los tiempos litúrgicos que la Iglesia celebra en el año, el Adviento y la Cuaresma, quedan digamos suavizados, ralentizados, tal vez un poco apagados, en dos domingos del año muy particulares. Son exactamente el III Domingo de Adviento, llamado Domingo Gaudete, y el IV Domingo de Cuarema (hoy) llamado Domingo Laetare.
          Gaudete es el imperativo del verbo latino “gaudeo” que significa gozar íntimamente, complacerse en algo. Por tanto “gaudete” significa regocijaos. Regocijo en Adviento porque pronto nacerá el Salvador.
          Laetare es el imperativo del verbo latino “laetor” que significa alegrarse, regocijarse. De este verbo deriva también la palabra “laetitia” (alegría, gozo, júbilo, regocijo). Alegraros y regocijaros porque el Señor padecerá, pero también resucitará. Es el significado de esta “penitencia atenuada” del IV Domingo de Cuaresma: el Salvador resucitará. Alegremosnos por tanto porque la Pasión y Resurrección salvadora de Nuestro Señor se acercan.
          El color litúrgico para estos dos domingos es el rosa salmón, que es como un morado (el color del Adviento y la Cuaresma), pero atenuado. Es decir, un domingo para la penitencia cuaresmal, pero atenuada, en referencia a ese regocijo “Laetare” que preside la liturgia de hoy. La Cuaresma nos prepara para la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, pero también, no lo olvidemos, su Gloriosa Resurrección. El rosa se utiliza (como dije al referirme días atrás a los colores litúrgicos) porque en esos dos domingos el papa bendecía la rosa de oro que se entregaba después a un príncipe benemérito de la Iglesia.
          Sólo se usa este color estos dos domingos del año. En muchas iglesias os vais a encontrar hoy los ornamentos de color rosa. Incluso los sacerdotes en muchas iglesias darán la misa con ropas de este color. Aunque también es verdad que en muchas parroquias, los párrocos no les gusta dicho color porque el rosa es un color que se atribuye a la feminidad. Lo suyo sería poder celebrar este día como la Iglesia desde hace muchos años lo ha hecho, sin entrar en estas cosas vanas. Pero os aseguro que es rico el patrimonio de las antiguas parroquias en ornamentos y casullas de este color con bordados muy buenos.

José Antonio Rondán Pérez
Mayordomo