Comenzamos un nuevo curso cofrade, cuyo culmen nos debe llevar a disfrutar de nuestro Viernes Santo, pero hasta llegar allí nos queda un largo período en el que la Hermandad sigue viva. Y vive porque nosotros, sus hermanos, participamos de los actos y vida de ella. No tendría sentido hablar de Hermandad sin la participación de los hermanos.
Es por esto por lo que os pido, os ruego y también os exijo que hagamos Hermandad. Sin vuestra presencia Hermandad se convierte en solo una palabra; con todos nosotros participando adquiere su significado de compartir y disfrutar de una idea común de amor a Nuestros Titulares.
